En la noche de ayer mientras preparaba mi vocación nocturna, puse mi almuadillas en el piso para orar, luego de un rato intimidando con Dios sentí una vibración en mi cabeza, sabía que no procedía de Dios, puse mi manos sobre ella como ungiendo mi frente con aceite y de momento sentí un punzón fuerte en mi mano, era una abeja que me pico la mano, no me hizo daño como tal pero si me incomode, ¡estaba intimidando con Jehováh! Me levante se lo indique a Carmen Gonzalez lo que me había pasado y ella como madre doctora del hogar me indico que me pusiera antibiótico... Así hice y continúe orando..
En muchas ocasiones vendrá interrupciones entre uno y Dios, no te detengas aunque te piquen, no te moleste porque siempre va a ver situaciones que te impidiera ores por ese hermano que lo necesita.. Dios sabes por que vas ha orar y porque no tienes que orar aunque te pique la abeja..
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